De
las manifestaciones culturales cuencanas, la gastronomía es quizás la más
espléndida en los momentos actuales. Hay un número importante de cocineros que
vienen trabajando propuestas innovadoras y que se esmeran en reinterpretar la
tradición culinaria ecuatoriana, al punto de convertir sus platos en obras de
arte.
Es el caso de Diego Gutiérrez, el chef
de LA CALETA, un restaurante de cocina tradicional ecuatoriana con un toque
moderno; lo cual se traduce en platos que usualmente todos conocemos como; el
churrasco, la cazuela, el cuy o el hornado, solo que cuando usted se encuentra con el plato, resulta ser una hermosa
composición de texturas, formas y
colores. Del sabor de cada plato ni hablar, tienen un toque, sazón o
circunstancia que nos provocan el mayor deleite de los sentidos.
Diego
estudió gastronomía, el es parte de esa generación de cuencanos que volcaron su
pasión y compromiso hacia la cocina; su formación académica la ha enriquecido con su trabajo con otros chefs y con
varias pasantías dentro y fuera del país.
Así, tras viajar varios meses por los Estados Unidos, decidió volver al
Ecuador para instalar su restaurante, una propuesta innovadora de la comida
tradicional ecuatoriana.
La
Caleta en jerga ecuatoriana significa: la casa. Y en esta caleta, Diego no solo habita sino que la
ha convertido en su laboratorio, porque esto de lograr platos que tengan el
sabor tradicional pero que luzcan como una instalación o un cuadro dentro de un
plato de servicio, implica un arduo
trabajo de investigación y experimentación, del cual surgen platillos
espectaculares con nombres, formas y sabores únicos; como el reciente postre denominado
Manabí 7.8 en homenaje a nuestros compatriotas. Son sabores y productos manabitas; helado de coco y tamarindo, maní,
sal prieta –pero que sabe a dulce-, torta de plátano, flores, café, galleta y
guayabas.
Entre los platos que lo esperan en
la Caleta están; el patacón pisao, el tamal cuencano, los ceviches, los
langostinos, los secos, la opción vegetariana, los postres y como no, una
exquisita agua de horchata, todo eso resumido en una frase, más bonito y
sabroso.